sábado, 24 de diciembre de 2016

ALISO


¡BUENOS DÍAS SEGUIDORES DE NUESTRO BLOG! Para comenzar el fin de semana os voy a hablar de un árbol con propiedades medicinales llamado aliso.

Este es de tamaño medio y crece en terrenos húmedos de Europa, Asia y Américo del Norte. Desde hace mucho tiempo, su madera es de gran utilidad debido a su resistencia al agua. Como dato curioso y prueba de ello, los cimientos de los edificios de Venecia están hechos a base de la madera de aliso común.



Otro dato es que ha sido objeto de grandes supersticiones y de las diversas mitologías, como se demuestra en Irlanda, que era prohibido cortarlo, y en Finlandia, donde las astillas de su madera se utilizan para ahumar el pescado. Durante mucho tiempo ha sido venerado por sus grandiosas propiedades medicinales y terapéuticas.

El aliso posee estas distinciones precisamente por su alto contenido de glucosa, ácido palmítico y esteárico, alcoholes y taninos. Ha sido utilizado siempre para combatir la faringitis, úlceras y leucorrea. Cabe destacar que sobresale en el conocimiento popular por sus cualidades astringentes, antirreumáticas (las hojas se aplican en forma de cataplasma), analgésicas y antidiarreicas. También se le considera muy positivo en su acción contra el colesterol, reduciendo sus cantidades.

Por ejemplo, si se aplican sus hojas sobre los pies, se eliminan sus dolores, como en cualquier otra parte del cuerpo. En forma de infusión sirve para lavar heridas, la vulvovaginitis, las ulceraciones cutáneas, las inflamaciones osteoarticulares, las contracturas musculares y la faringitis (recomendable realizar gárgaras para evitar infecciones de garganta). Además, su corteza se utiliza tradicionalmente como antipirético y las hojas como analgésico local, así como para combatir la disquinesia hepatobiliar.

Es muy recomendable tomarlo en forma de infusión o té (hervir en un litro de agua veinte gramos de sus hojas y tomar tres tazas al día), en tintura (hervir un gramo de diez mililitros, para gárgaras, las que pueden mezclarse con azúcar para un mejor sabor), en polvo (diluir unos 30 gramos de corteza en agua o vino blanco para la fiebre, sobre todo antes de acostarse), y aplicar las hojas calentadas sobre las articulaciones que están afectadas.

Realmente no existen muchos riesgos ni contraindicaciones con esta planta. Tan solo se recomienda que no debe ser mezclado con alcaloides ni con sales de hierro, ya que entonces el aliso interferiría en su absorción. Si tiene una planta de este tipo a su disposición, no dude en ayudarse de sus grandes beneficios.

HASTA MAÑANA CURIOSOS, espero haberos ayudado.

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