EL GERANIO

¡Buenísimas noches seguidores del ricón de las plantas medicinales! Nuestra planta a tratar en el día de hoy es el GERANIO.

Esta planta es muy común en lugares con grandes concentraciones de cal como el norte de América y África, aunque también en zonas europeas y asiáticas. Existen más de 700 especies de esta planta y las más utilizadas para fines medicinales son el Geranium maculatum  y el Geranium robertianum. Como ya sabréis la gran mayoría, el geranio es una planta de olor agradable muy utilizada para alejar plagas de los jardines, como por ejemplo los mosquitos. 

Sin embargo, este no ha sido su único uso a través del tiempo. En Egipto se utilizó para promover una piel bonita y radiante, ya que sirve para tratar el acné, reducir la inflamación, rejuvenecer nuestras células de la piel y reducir las arrugas por sus propiedades astringentes. La propiedad astringente de esta planta además de tonificar la piel y reducir las arrugas se encarga de la tonificación de los músculos, logrando un área abdominal más tersa.

El geranio también ha sido utilizado para tratar alteraciones digestivas tales como diarrea y enteritis, gracias  a su alto contenido en taninos. Hacer gárgaras con este en agua tibia ayuda el malestar ocasionado por la amigdalitis y gingivitis. La retención de líquidos también puede ser tratada naturalmente mediante la infusión de geranio por su gran capacidad de eliminar el exceso de líquido de los tejidos y porque es un gran diurético y desiinflamatorio en casos de retención con inflamación, pues va a estimular el sistema linfático y el exceso de agua en el tejido se liberará dejando una piel más firme y una mejor circulación en casos de celulitis y edemas.

¿Cómo preparamos una infusión de geranio?

En medio litro aproximadamente de agua hirviendo colocaremos unos cuantos gramos de hojas de geranio y se dejará infusionar durante 5-10 minutos. Se deja enfríar y después se filtra. Si lo deseas, puedes endulzarla con miel o edulcorante.

¡HASTA LA PRÓXIMA!