miércoles, 7 de diciembre de 2016

AJO


¡Buenas tardes amantes de las plantas medicinales! Hoy me he inspirado en el ajo porque ha sido uno de los ingredientes de mi comida de este espléndido miércoles. Y es que las propiedades del ajo lo hacen un aliado de nuestro aparato digestivo, ya que nos ayuda a prevenir inflamaciones estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas en los intestinos. Vamos a hablar de él en más profundidad.

El ajo es un ingrediente habitual en muchas de nuestras comidas. Sin embargo, muchos ignoramos que, además de otorgar un toque inconfundible a nuestros alimentos, el ajo también puede mejorar significativamente nuestra salud.



Es importante saber que es un elemento muy efectivo en la prevención de todo tipo de enfermedades y males cardiovasculares. Así, por ejemplo, el ajo ayuda a reducir la presión arterial en las personas, gracias a que estimula la producción de ácido sulfhídrico, el cual relaja los vasos sanguíneos y mejora el flujo de la sangre en el organismo. Además, ayuda también a prevenir y reducir el endurecimiento de las arterias que dificulta la circulación.

Por otro lado, el ajo es también excelente para la digestión, como ya citamos anteriormente. Aunque en algunas personas puede generar gases, y no se recomienda para quienes padecen de acidez o males gástricos fuertes, el consumo de ajo brinda grandes beneficios para el sistema digestivo, ya que ayuda a procesar mejor nuestros alimentos. También colabora en la eliminación de desechos del organismo e incluso puede eliminar bacterias dañinas en los intestinos, sin afectar a aquellas que ayudan en el proceso de la digestión.

Es también un excelente diurético, facilitando la eliminación de líquidos y toxinas. Para lograr este efecto en nuestro organismo, basta con realizar la siguiente fórmula, muy sencilla: Mezclar unos cuantos dientes de ajo molidos en un litro de agua y consumir diariamente dos vasos de este preparado, durante dos semanas. Se debe esperar al menos una semana para volver a consumirlo.

Muchos estudios sugieren que hay una relación entre el consumo regular de ajo y la reducción en el riesgo de adquirir distintos tipos de cáncer, debido a sus propiedades antibacteriales y al bloqueo de la formación de sustancias cancerígenas. El ajo parece tener resultados especialmente buenos en la prevención de los distintos tipos de cáncer que afectan al tracto gastrointestinal; esto podría deberse a su contenido de azufre, el cual tendría efectos positivos en la lucha contra esta enfermedad.

Ya sea solo, en preparados, o con tus comidas, el consumo de ajo es una excelente forma de mantener alejadas a las enfermedades y de curar muchas afecciones a las que nos vemos expuestos diariamente.

Es importante considerar que, a fin de aprovechar al máximo todos los nutrientes y las propiedades del ajo, lo mejor es consumirlo crudo. Sin embargo, existen otras presentaciones como ajo en polvo, ajo deshidratado o aceite de ajo. Incluso es posible adquirir cápsulas de ajo procesado, las cuales permiten aprovechar los componentes de este gran alimento y brindan una solución ideal para aquellas personas que no toleran su aroma o sabor, así que ya sabes… ¡no tienes excusa para no consumir ajo!


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