¡Buenas tardes amantes de las plantas medicinales! Hoy me
he inspirado en el ajo porque ha sido uno de los ingredientes de mi comida de
este espléndido miércoles. Y es que las propiedades del ajo lo hacen un aliado
de nuestro aparato digestivo, ya que nos ayuda a prevenir inflamaciones
estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas en los intestinos.
Vamos a hablar de él en más profundidad.
El ajo es un ingrediente habitual en muchas
de nuestras comidas. Sin embargo, muchos ignoramos que, además de otorgar
un toque inconfundible a nuestros alimentos, el ajo también puede mejorar
significativamente nuestra salud.
Es importante saber que es un elemento muy
efectivo en la prevención de todo tipo de enfermedades y males
cardiovasculares. Así, por ejemplo, el ajo ayuda a reducir la presión arterial
en las personas, gracias a que estimula la producción de ácido sulfhídrico, el
cual relaja los vasos sanguíneos y mejora el flujo de la sangre en el
organismo. Además, ayuda también a prevenir y reducir el endurecimiento de las
arterias que dificulta la circulación.
Por otro lado, el ajo es también
excelente para la digestión, como ya citamos anteriormente. Aunque en
algunas personas puede generar gases, y no se recomienda para quienes padecen
de acidez o males gástricos fuertes, el consumo de ajo brinda grandes
beneficios para el sistema digestivo, ya que ayuda a procesar mejor
nuestros alimentos. También colabora en la eliminación de desechos del
organismo e incluso puede eliminar bacterias dañinas en los intestinos,
sin afectar a aquellas que ayudan en el proceso de la digestión.
Es también un excelente diurético,
facilitando la eliminación de líquidos y toxinas. Para lograr este efecto
en nuestro organismo, basta con realizar la siguiente fórmula, muy sencilla: Mezclar
unos cuantos dientes de ajo molidos en un litro de agua y consumir diariamente
dos vasos de este preparado, durante dos semanas. Se debe esperar al menos
una semana para volver a consumirlo.
Muchos estudios sugieren que hay una
relación entre el consumo regular de ajo y la reducción en el riesgo de
adquirir distintos tipos de cáncer, debido a sus propiedades antibacteriales y
al bloqueo de la formación de sustancias cancerígenas. El ajo parece tener
resultados especialmente buenos en la prevención de los distintos tipos de
cáncer que afectan al tracto gastrointestinal; esto podría deberse a su
contenido de azufre, el cual tendría efectos positivos en la lucha contra esta
enfermedad.
Ya sea solo, en preparados, o con tus
comidas, el consumo de ajo es una excelente forma de mantener alejadas a
las enfermedades y de curar muchas afecciones a las que nos vemos expuestos
diariamente.
Es importante considerar que, a fin de
aprovechar al máximo todos los nutrientes y las propiedades del ajo, lo mejor
es consumirlo crudo. Sin embargo, existen otras presentaciones como ajo en
polvo, ajo deshidratado o aceite de ajo. Incluso es posible adquirir cápsulas
de ajo procesado, las cuales permiten aprovechar los componentes de este gran
alimento y brindan una solución ideal para aquellas personas que no toleran su
aroma o sabor, así que ya sabes… ¡no tienes excusa para no consumir ajo!
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