ORTIGA

¡Buenas tardes queridos lectores!

La primera planta medicinal de la que os vamos a hablar hoy es la ortiga. Esta tiene su origen en Europa. Se encuentra en praderas, setos y en los caminos. La ortiga se utiliza para numerosas enfermedades como: la tos, bronquitis y faringitis; actúa en el epíteto bronquial aumentando las secreciones broncoalveolares. 

Su propiedad diurética y depurativa es quizás la más destacada. Facilita y aumenta la producción de orina gracias al potasio, la clorofila y los ácidos orgánicos que contiene la ortiga. Su riqueza en potasio hace perder el apetito por lo que también es adecuada en personas que padecen obesidad. Gracias a su propiedad depurativa permite eliminar toxinas de la sangre; por lo que es idónea para el colesterol, eliminando el exceso de ácido úrico y para la diabetes, rebajando el nivel de azúcar en la sangre. Para conseguir un buen resultado respecto a estas enfermedades se aconseja una infusión de un puñado de ortigas tomando tres tazas al día.

Por otro lado tiene propiedades hemostáticas, detiene las hemorragias (metrorragia, dismenorrea), los trastornos de menopausia y la hemoptisis (expulsión de sangre por las vías respiratorias), actuando como vasoconstrictor. La ortiga posee ácido acético en sus pelos urticantes, los cuales inhiben la producción de las prostaglandinas, responsables de los dolores que se padecen con la dismenorrea.

La ortiga además de lo mencionado anteriormente, estimula el aparato digestivo gracias a la histamina que posee en sus pelos urticantes; es astringente debido a la riqueza en taninos que se encuentran en la raíz, adecuados para la diarrea. Para curarla se tiene que hacer una decocción  de la raíz seca durante diez minutos y tomar tres tazas al día.

Respecto a su valor nutricional son muy saludables ya que son ricas en vitaminas y minerales. Se tiene que tener en cuenta que tras recogerlas se debe esperar medio día antes de cocinarlas para que no nos piquen.

¡¡Esperamos que os haya parecido interesante la entrada de hoy!!